Azul Mediterráneo: pinchos premiados y arroces irresistibles
- Roberto Buscapé
- hace 3 días
- 2 Min. de lectura
Desde su apertura en 2022, Azul Mediterráneo se ha convertido en una referencia imprescindible de la escena gastronómica vallisoletana. Integrado en el Grupo Matices, este restaurante liderado por el chef Juan Carlos Jiménez Pradas —con experiencia en cocinas de la talla de Azurmendi o La Botica de Matapozuelos— ofrece una propuesta única donde tradición y creatividad van de la mano.
El restaurante conquistó al público con sus arroces de autor, y hoy brilla también por su vibrante carta de tapas, donde cada bocado cuenta una historia. Ejemplo de ello es el Lechazus Deliciosus, reinterpretación del clásico lechazo que se alzó con el primer premio en el Concurso de Pinchos y Tapas de Castilla y León 2024. También destacan el Michemar —tartar de atún rojo con maíz blanco frito y huevas de trucha— y el Capricho de Somo, con anchoa del Cantábrico sobre brioche y mantequilla de vaca atemperada. Para los más curiosos, el Sándwich de cordero lechal massala ofrece un giro sorprendente al producto estrella de la región.
La carta no se queda ahí: platos como el Guiso de garbanzos con mollejas, hongos y foie, las Cocochas al pilpil o el Pulpo con sobrasada ibérica y chirivía elevan la cocina de raíz con técnicas de alta cocina. Tampoco faltan toques viajeros, como el Mejillón tigre con lima y kimchi o las Rabitas de oreja de cerdo con mango agripicante.
Pero si algo define a Azul Mediterráneo, son sus arroces. Con la exclusiva tecnología MimCook, el restaurante garantiza una cocción perfecta en elaboraciones como el Arroz del Señorito, el de parpatana de atún rojo con caviar o el meloso de liebre y ciervo, ideal para los amantes de los sabores intensos.
Para quienes desean una experiencia completa, sus menús degustación —Brisa, Vientos de Levante y Vientos de Poniente— permiten explorar el universo creativo del chef, donde cada plato es pura emoción.
Azul Mediterráneo es una celebración del sabor y la técnica, una parada imprescindible para quienes buscan cocina con identidad en el corazón de Valladolid.
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